domingo, 3 de febrero de 2019

Noche de Goyas, noche de CAMPEONES

Reconozco que televisivamente, hay dos citas para mí ineludibles a lo largo del año. Quizá sea porque me apasionan la comunicación, la música, el cine...y las emociones. Uno es Eurovisión, ya he dicho en más de una ocasión que, como soñar es gratis, de pequeña soñaba con poder presentar esa gala, era un sueño de princesita tal vez, pero no perdía la ilusión. La segunda se celebró anoche, la entrega de los Goya, un auténtico espectáculo que me encantaría poder vivir desde dentro, ver cómo se hacen, cómo preparan todo...Apasionante. Por motivos de tiempo, de tener poco libre o gestionarlo no muy bien a veces, en 2018, fui al cine mucho menos de lo que me gusta ir. Espero remediarlo en 2019.

Vamos, que me enfrentaba a la gala para observar y contemplar todo, al detalle, pero sin haber visto casi ninguna de las pelis nominadas en las distintas categorías.

Y los Goya están en este blog, por su gran carga emotiva. Si hubiera que dar un premio al discurso más emotivo, me parece que ganaría por goleada el de Jesús Vidal. Uno de los Campeones que ayer se alzó con el Goya al mejor actor revelación. Y brotaron las lágrimas, de pura emoción, al escuchar su mensaje, aquí quiero que esté, porque fue toda una lección:



Podría transcribir todo su discurso, pero he tomado solo unos fragmentos.

"Me vienen a la cabeza tres palabras: inclusión, diversidad, visibilidad. Qué emoción. Muchísimas gracias.

Y después de una larga, pero justa y necesaria lista de agradecimientos, llegó, bajo mi punto de vista, el segundo punto álgido de su intervención:

Gracias mami, por darme la vida.  Gracias por dármelo todo. Porque hiciste nacer en mí el amor hacia las artes. Y porque me enseñaste a ver la vida con los ojos de la inteligencia y del corazón...Te quiero todo. Don José Vidal Conde, mi padre, gracias por haber vivido, gracias por luchar tanto por mí. Porque eres la persona con más ternura del planeta y porque, sin pretenderlo, con solo una sonrisa cambiabas, y cambias, el mundo. Queridos padres, a mí, sí me gustaría tener un hijo como yo, porque tengo unos padres como vosotros. Muchísimas gracias." 

Y así finalizó, un discurso absolutamente brillante. A ver cuántos aguantaron sin derramar una lágrima, me temo que muy pocos.

Gratitud, amor, generosidad, comprensión, entusiasmo, cariño, espontaneidad, respeto, libertad, compañerismo...Fue una maravilla condensada en algo menos de cinco minutos. La parte dedicada a su familia, en particular a sus padres, una auténtica delicia, un hermosísimo alegato del amor de un hijo hacia sus padres.

Por todo lo anterior, Jesús Vidal, de corazón...¡Enhorabuena! Y gracias por aprovechar tu intervención para remover tantas cosas en nuestro interior. Como docente, quiero desgranar un poco el comienzo del mismo. Sus tres palabras: inclusión, diversidad y visibilidad. Recientemente el gobierno planteaba la desaparición de los centros públicos de Educación Especial para el 2020. Después he escuchado que, de momento, seguirán abiertos ese año. La inclusión es algo fabuloso, pero lamentablemente no siempre es posible. ¿Por qué cerrarlos? Dan una respuesta educativa a alumnado que estaría mucho peor atendidos en un colegio público sin más. Por eso, a favor de la inclusión, claro que sí, aunque analizando cada caso concreto, nada de "meter a todos en el mismo saco." A veces pensamos que estamos avanzando y a mí me huele a retroceso. 

La segunda palabra de Vidal fue diversidad, qué hermosa palabra. Definida en la primera acepción de la RAE como " Variedad, desemejanza, diferencia." Y viva la diferencia, la variedad, la gente distinta. Considero que eso enriquece al ser humano. Tenemos que hacer hincapié en educar para respetar, así, sin más. Y hay variedad de pensamientos, de gustos, de apariencias físicas, de capacidades, de personalidades, de familias, de contextos económicos, culturales...

Y la última: visibilidad. Me ha hecho mucha ilusión que además de llevarse uno de los actores de Campeones el Goya al mejor actor revelación, lograran el de mejor película. Fue una oportunidad de oro para dar mayor visibilidad a gente con distintas capacidades, ojo, no por eso menos valiosos. No hay que esconder a absolutamente nadie. Me resultó muy emotivo ver a todos los que han hecho posible Campeones, en especial a los actores y actrices, exultantes de alegría, encima del escenario. ¡Ah! No me suena que esté ya en cartelera, pero sería lógico que tras el éxito de los Goya, la repusieran. Si así sucede y alguno no la vio en su momento, que no deje pasar la ocasión, os conquistará.

Pongamos nuestro granito de arena para que lo que nos distingue del resto sea respetado. Viva la diferencia, del tipo que sea. 

La música hoy, también de Campeones, y de Goya...Este es el momento, de Coque Malla. ¿A qué sí?


2 comentarios:

  1. Desde luego, muy acertado, Raquel. Una peli que tiene una lección en cada segundo de metraje, tratado con cariño y muuucho buen humor. Gracias por el recuerdo

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    1. Hola Gely...Muchas gracias. La verdad es que tengo ganas de verla de nuevo. Desde luego, de acuerdo contigo. De nada. ¡Un abrazooooooooooo! (¿Y lo de vernos pa' cuándo? Jamás hemos estado tan cerca, IES y Fili, y a la vez tan lejos)

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