sábado, 18 de mayo de 2019

"El regalo de..." y Pinceladas de emoción (21): la rabia (3ª parte)

El pasado 15 de mayo era el "Día internacional de la familia." Este curso decidí, por una cuestión de tacto, respeto, cariño y empatía, no celebrar ni el Día del padre ni el de la madre. 

Sin embargo, creía que las familias se merecían un detalle. Por este motivo, hace aproximadamente quince días propuse a mis alumnos, con el Día de la familia como telón de fondo, escribir una carta a los suyos, a su círculo más cercano. 
Mi idea era que escribieran esa carta y grabara a cada uno en vídeo, leyendo la carta, para hacérselo llegar a cada casa. Algunos dijeron un sí a todo y rotundo, pero la mayoría no quería dar el paso. Les advertí que era algo totalmente voluntario, porque como era algo muy personal, quién era yo para obligarlos a hacer algo así...si no les apetecía. Me propusieron una opción b), consistía en quedarse en la primera parte, escribir la carta. Acepté porque pensaba que mucho mejor eso que nada y, de todas formas, a mí al menos me parecía un detalle muy bonito, algo especial y emotivo.
Al final, los que quisieron, casi todos, decidieron si solo hacer la carta, o la carta y el vídeo. No disponíamos de mucho tiempo y la mayoría me decían que en casa no podían hacerla porque sus padres iban a pillarlos con las manos en la masa. Les dije que solo se me ocurría ir haciéndolas en algunos recreos. Hubo de todo, personas que la hicieron con tiempo aunque tuvieran que invertir varios recreos;  o compañeros que apuraron hasta el momento crítico para escribirla. A todos se las leí para corregirlas. Intenté echar un cable a los que no sabían qué poner o cómo empezar. Todos tenían la misma pista, basada en César Brandon, ganador de la edición de "Got talent" del año pasado, y en su poema: Mamá. A mí me conquistaron sus poemas y él mismo (lo conocí en persona en la Feria del Libro de Madrid 2018). En su momento incluí aquí sus actuaciones, hoy vuelvo a poner ese MAMÁ...¡Disfrutadlo!

Brandon nos dice que según su madre, la vida se resume en tres cosas: pedir disculpas, dar las gracias y decir por favor. Esas tres eran las pistas: Lo siento, gracias y por favor. Eso exigía que cada niño/niña pensara cómo actuaba con sus padres y cómo eran sus papás (u otros familiares muy cercanos) con ellos. La carta podía tener un solo destinatario (papá o mamá) o más de uno (incluyendo ya, por ejemplo, a hermanos). Hubo variedad en los destinatarios. Y mucha más en el contenido. Fue un placer orientar/ayudar a algunos y poder leer cosas tan bonitas, dicho queda. Del contenido de las mismas no pienso decir ni pío. Una experiencia inolvidable, he disfrutado mucho de todo el proceso...

Foto detalle de algunos reversos de los sobres.
Como complemento a la carta, hice una foto individual a cada alumno, y saqué una copia. Me dio mucha rabia porque al ir a recogerlas, no estaban en el tamaño que había pedido (11 x 13), decían que el formato en el que llevaba los archivos no encajaba con eso. En vez de avisarme, las sacaron más pequeñas...Los niños/las niñas no lo saben, pero eso me disgustó mucho. No quise discutir, le expliqué educadamente que me extrañaba, porque había recortado las fotos, pero manteniendo la proporción de la original. Qué se le va a hacer.

Escribí los destinatarios según lo que cada niño/a me dijo. Comprobamos cada dirección y puse debajo de los nombres "El regalo de..." seguido del nombre de cada alumno/a. Ellos se encargaron de poner el remite y decorar los sobres por la parte de atrás con distintas washi-tapes. Les pasa como a mí a veces, en términos artísticos se llama el "horror vacui" o miedo al vacío. Rellenaron cada hueco existente y pusieron cintas para todos los gustos, sin dejar casi espacio blanco del sobre a la vista. Comenté que quizá los habían recargado más de la cuenta pero, lo importante es que a ellos les gustara. Antes de ese paso, habían escrito a limpio la carta, usando alguna de las taladradoras de papel con formas que tengo.


Con todo eso, el martes 14, me acerqué por la tarde a Correos. Pregunté y me dijeron que ellos calculaban que el jueves estarían en sus destinos. Incluso las que no eran para Guijuelo, sino para localidades cercanas. Estoy un poco preocupada porque algunas todavía no las habían recibido ayer...Confío que hoy o ya el lunes estén todas donde deben. Los vídeos los mandé recién inaugurado el jueves, a partir de las doce de la noche. Y fue lo mejor, en el colegio no habría tenido tiempo mientras se cargaban los vídeos uno a uno.


Ha sido muy bonito ver también las respuestas de los papás/mamás o cómo reaccionaron, contado por sus hijos/as.


Y hasta aquí la parte de "El regalo de...", un pequeño homenaje a las familias de mis alumnos. Y en ellas hay una gran diversidad, y no por ello son unas familias mejores que otras, lo que importa es que hay amor en cada una, y con eso, existe la familia.


Ayer viernes continuamos con nuestras "Pinceladas de emoción" sobre la rabia. Como cuando llegué justo había un ejemplo de lo que estábamos tratando y el ambiente estaba un pelín enrarecido por eso, opté por calmar los ánimos.


En lugar de ir "al lío" directamente, estuvimos repasando lo que habíamos visto sobre la rabia la semana anterior. 


Luego ya empezamos una "cadena de la rabia." Empecé, a modo de ejemplo. Conté una situación personal en la que había sentido mucha rabia. Resumiendo, mi rabia venía porque nadie me avisó cuando una persona a la que le tenía un cariño tremendo, había fallecido. La rabia era porque no había tenido la oportunidad de despedirme en vida de esa persona. Ese sentimiento se unía a un profundo dolor, difícilmente descriptible. Sí me avisaron del funeral, pero trabajaba y fue imposible ir. Lo bueno dentro de lo malo, es que me queda el recuerdo de ese último café con ella, unos meses antes de que falleciera. Y además, está su hijo pequeño, mi primer alumno, al que quiero una barbaridad. Es una alegría ver el hombre en el que se ha convertido. Aunque a él no me atrevo a decírselo, su mamá ha de estar saltando de alegría viendo cómo es y lo que ha conseguido. Lo mejor es que tiene un corazón de oro...igual que sus padres.


El caso es que los demás, debían escucharme y levantar la mano para continuar. La condición era que la cadena debía seguir con algo que guardara algún tipo de relación con lo que había contado la persona anterior, en este caso yo. Y, empezaron a enlazar fallecimiento tras fallecimiento, principalmente de familiares muy cercanos. Les llamé la atención dulcemente, no quería que la "cadena de la rabia" se convirtiera en una "cadena de la tristeza", hasta que una niña nos hizo reír con una historia muy divertida sobre el pájaro que tiene en casa. Menos mal, necesitábamos cambiar el rumbo.


Cuando intervinieron todos lo que levantaron la mano, fueron muchos pero no todos, les di un toque de atención. No tenía sentido ignorar que justo antes de nuestras "Pinceladas de emoción", habíamos visto en vivo y directo un ejemplo de rabia, protagonizado por alguien de la clase. A él le advertí que justo porque era él el principal afectado, prefería que ahí no interviniera. La tarea consistía en reflexionar, en vez de haberse dejado llevar por la rabia (claramente era un pésimo ejemplo de rabia mal gestionada) qué alternativas se les ocurrían a ellos ara su compañero. Es decir, cómo podía haber actuado mejor frente a la rabia por la que se había dejado llevar. Hubo poco tiempo para escuchar sus reflexiones, porque el tiempo vuela. El próximo viernes acabaremos con la rabia, al menos en nuestras "Pinceladas de emoción."




2 comentarios:

  1. Recibir este detalle en casa el día de la familia fue único! Gracias

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    1. Es muy poco para lo que os merecéis...De nada. GRACIAS por comentar, Nekane.

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