martes, 14 de mayo de 2019

Pinceladas de emoción (20): la RABIA

Como esta evaluación dura un suspiro, o me doy prisa o se me acumulan peligrosamente las pinceladas de emoción.

De manera excepcional, la semana pasada tuvimos dos "Pinceladas." La primera fue el miércoles 8 de mayo.

Igual que en otras ocasiones, opté por no decirles cuál era la emoción que íbamos a tratar. 

Les expliqué que iba a contar, y al llegar a cinco, hacia el frente, debían gritar con todas sus fuerzas. Con la intención de conservar mis tímpanos intactos, hice un gesto, en plan director de orquesta, para poner fin a los gritos...¡Vaya pulmones tienen mis alumnos!

Después de eso, unos cuantos se reían, algo natural, no es normal que nadie en el cole les pida que griten y, que lo hagan lo más fuerte que puedan. Los gritos eran una pista, que guardaba relación con la emoción a tratar. En plan lluvia de ideas, dijeron que podía tratarse de la furia, el miedo, la rabia, el dolor, la sorpresa, la ira y el odio.

Para mantener el misterio, antes de desvelarles cuál era la emoción, empecé a inflar un globo naranja, no dejé que estallara. Y les expliqué que también eso tenía algo que ver con nuestra siguiente emoción. 

Repitieron más o meno las palabras de después del grito colectivo. Les aclaré que se trataba de la rabia. Y en realidad muchos habían acertado porque había palabras sinónimas o muy cercanas a la rabia, y la propia rabia.

Puse la comparación de un volcán en erupción y un recurso de "Educaixa." (ACTUALIZACIÓN A 22/10/23, ese recurso, lamentablemente NO está ya disponible). En él aparece una situación muy real, en la que dos niñas están en un banco. Una de ellas tiene una videoconsola en la mano. La otra ve cómo juega su amiga, intenta que se la preste, no lo consigue, así que se la quita, le hace burla y sale corriendo. La niña que tenía al principio la videoconsola en la mano, le da una patada a una botella del suelo. Desgraciadamente me imaginaba a muchos niños en esa situación, me resultaba demasiado cercana. (22/octubre/2023) Incluyo un vídeo de Álex Rovira relacionado con la gestión de la rabia y la ira:


Hablamos de qué creían ellos que era la rabia. Les invité a hacer memoria y recordar la última vez que creían que habían sentido rabia. Empezaron a levantar las manos para explicar esa situación. Y con tan poquito tiempo, sonó el timbre.

El viernes retomamos nuestras "Pinceladas de emoción." Puse lo que había a continuación del vídeo, en el que la niña (la que jugaba con la videoconsola) explicaba cómo se sentía, qué sentía en el cuerpo, y si era agradable sentir rabia. La mayoría estuvimos de acuerdo en asociar la rabia a una sensación de calor, de escuchar lo rápido que palpita el corazón...Algunos recordaron alguna situación que lo ejemplificara.

Luego siguieron hablando de cuándo habían sentido rabia por última vez. Les dije que era una emoción que quería trabajar porque en nuestra clase hace mucha falta y hay que aprender a gestionarla. Evitarla no podemos, pero actuar de otra forma...¡Desde luego que sí!

Después me senté frente a ellos, me encanta no tener la mesa como barrera, a leerles una de las historias de  "El gran libro de las emociones," se llama "Los dientes voladores."  En un par de entradas previas he mencionado este libro, pero es que me encanta, me parece una herramienta valiosísima para padres y docentes.


"Los dientes voladores" cuenta la historia de Ignacio, y cómo un día empieza a morder a la gente y parece que disfruta con ello. Esa situación se repite hasta que prueba de su propia medicina.

A continuación, el libro nos habla de la rabia y, concretamente, la rabia en los niños. Después explica "Las tres normas de la rabia", algo en lo que me detuve y fui contando lentamente. Estas son las normas:
1.-No hacernos daño a nosotros mismos.
2.-No hacer daño a los demás, ni físicamente (patadas, mordiscos, arañazos, bofetadas...) ni con palabras (palabrotas, insultos).
3.-No hacer daño a cosas (no romper ni dañar objetos).

Yo misma he presenciado cómo actúan los alumnos en situaciones de rabia, y cuánto daño hacen (a objetos o a otras personas) o se hacen (a ellos mismos). La verdad es que suelo sentir una impotencia muy grande, a veces acierto en mi manera de reaccionar, pero otras no funciona.

Comparé la rabia con un volcán en erupción, y lo peligroso que puede resultar si la lava sale por todas partes, indiscriminadamente y, los daños que puede causar, arrasando por donde pasa. 

También menciona el libro la importancia de verbalizar nuestros enfados, es la forma de poder comenzar a gestionar la rabia, porque solo así estaremos aceptando esa emoción (por muy desagradable que resulte).

Y en último lugar, darnos cuenta que la rabia es energía que tiene que salir. Estuvimos poniendo en práctica las tres técnicas que recomiendan para liberar esta energía. Todas implican, de maneras más suaves o enérgicas, mover el cuerpo.

La primera es una técnica de respiración, para cuando el enfado es leve. No es ni más ni menos que poner la mano en la barriga y respirar profundamente, mientras cogemos aire por la nariz, llenamos la barriga de aire y lo sacamos con fuerza por la boca, pero despacito. Esta técnica no obra milagros, aunque puede ayudar a que desaparezca la rabia.

La segunda es para cuando el enfado es bastante grande. Habrá que mover más el cuerpo, como mover brazos o piernas con fuerza. Comparan la fuerza a cuando estamos en la playa y queremos quitarnos la arena pegada a los pies. Así puede disminuir la rabia.

En tercer lugar, si la rabia es mucha, los movimientos han de ser más grandes, más enérgicos. Por ejemplo podemos saltar diez veces levantando mucho las piernas, dar puñetazos al aire o bailar.

Después de esos momentos de relax y liberar tensiones acumuladas, les di un papel. Cada uno tenía una hoja. Les pedí que lo arrugaran todo lo que pudieran, sin romperlo. Luego debían intentar estirarlo al máximo y, finalmente, rasgarlo en siete trozos, no tenían por qué ser del mismo tamaño. Una vez hecho todo lo anterior, la última tarea era juntar los trozos, para dejarlo como cuando recibieron el papel. Evidentemente, eso no era posible. Lo mismo pasa con la rabia. Puede pasar cuando la rabia es gigantesca. Causamos daño (a algo, a alguien o a nosotros mismos). Ojo, ese daño también puede ser en forma de palabras. Una vez que nos hemos dejado llevar por la emoción, por la rabia, y no la hemos gestionado, el daño ocasionado puede no tener remedio, ya está hecho, y no hay solución (como pretender unir los trozos del papel que habíamos arrugado previamente y rasgado después).

Y así, hablando de la rabia pero con mucha calma, me parece que más que al comienzo de la minisesión, mis alumnos se pusieron en la fila.

Por cierto...¡Cuánto amor! Es indescriptible, uno de los momentos más bonitos y especiales de la semana, además de las Pinceladas de emoción en sí, es la despedida de los viernes en la fila. Recibo cariño a manos llenas, y desde que volvimos del CRIE, muchísimo más. Lo curioso es que a medida que pasan los días, sigue aumentando. Y cuando piensas que ya es complicado superar determinadas dosis de cariño, me dan todavía más. Más afortunada, imposible. 

Recientemente una alumna dijo que a ella le gustaría volver a septiembre, para comenzar 5ºde nuevo...Sinceramente, yo también, y como eso no se puede, sí quiero con todas mis fuerzas "repetir" el próximo año con mis niños y niñas de 5ºC. Me falta publicarlo en un periódico porque lo grito a los cuatro vientos. Creo que hemos creado algo muy bonito, estamos en un etapa preciosa y no dejo de pensar en algo: lo mejor está por llegar...Ojalá que sea juntos. Más claro, agua...¿o no?

Por eso, aunque esta entrada fuera sobre la rabia, al final acabo hablando del cariño, del amor y, por esos derroteros va la imagen que comparto.



4 comentarios:

  1. Y más alumnos repitieran 6 contigo!!! Nada es imposible, mucha suerte!!!

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  2. Venga, cruzamos los dedos, y seguro que en breve tenemos una buena noticia. Me apunto esas tres fases para desahogar la rabia, que ahora a final de curso me van a venir bien...

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    1. Eso Gely, tal cual. Ojalá...También me las apunto, creo que las voy a poner en mi habitación y en el aula, porque a TODOS nos van a venir de cine.

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  3. Mil gracias Nekane...Desde luego, tienes toda la razón, nada es imposible. Dedos cruzados desde ahora hasta cuando haga falta.

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