martes, 20 de julio de 2021

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El año pasado no escribí una sola entrada en el blog durante el mes de julio. Por entonces andaba digiriendo el tiempo de confinamiento y todo lo que estaba pasando. Esta vez no quiero que llegue otro 20 de julio sin más. Conste que la publicación de la entrada está programada, y aparecerá el 20 de julio, a la una y cuarto de la madrugada, pese a que la escribo el 16.  Si todo va bien, este duodécimo aniversario de haber aprobado las oposiciones, me pillará a la orilla del mar.

No he releído entradas de otros años sobre esta fecha, siento si me repito. 

Me gusta recordar ese 20 de julio de 2009 porque fue una alegría inmensa, supuso un cambio importantísimo en mi vida y, cada año que pasa, me siento más afortunada. Todavía tengo a mi alrededor personas que no han corrido la misma suerte que yo, y eso hay que valorarlo. Ojalá el año que viene sí sea el vuestro. Ana Belén, tu nombre es el primero que me viene a la cabeza. Gracias por una amistad que crece y se fortalece día a día Lourdes, ¡esta vez sí! Qué bien reencontrarnos y en el momento que fue...Da gusto coincidir con personas como tú.

Gracias a todos los que os habéis cruzado en mi camino docente, el que empezó como "profe" de particulares de Inglés. Pablo (mi primer alumno), te quiero un montón, y sé que mamá te manda todo su amor, porque siempre lo decía y era precioso ver cómo se le iluminaba la cara hablando de ti...¡Qué orgullosa estaba de sus hijos! Tenemos una conversación pendiente, sin reloj, de puesta al día, porque sí. Luego ya vino mi etapa de interina en Madrid...¡Vaya aventura! De Parque Coimbra me llevé principalmente a Lucy y Andrea, y eso es mucho. Ha llovido una barbaridad, pero me encanta seguir manteniendo el contacto con ellas. Reconozco que espabilé mucho en tierras madrileñas. Creo que me faltaba la jaula con la gallina, un poco como Paco Martínez Soria en "La ciudad no es para mí" pero...¡Qué bien me vino Madrid! Allí amplié la familia gracias a David y Mayte, ambos me cuidaron con un cariño tremendo y tuvieron una paciencia de órdago conmigo (año de oposiciones, tutora de un curso numerosísimo y muy complicado, espolón calcáneo en el pie derecho, fascitis plantar en ambos...suma y sigue). Es verdad que hay amigos que son la familia que nosotros elegimos, y ellos son el mejor ejemplo. Luego ya regresé a mi tierra, después de haber superado las oposiciones de 2009. Y llegaron muchos destinos distintos, la mayoría provisionales, tres definitivos. De cada sitio me he llevado alguien/algo, de unos más que de otros, pero de ninguno he salido con las manos vacías. Al final lo que damos nos lo devuelven, con creces, las mismas personas u otras, pero con intereses (de los buenos). Quizás eso no pasa cuando esperamos, sino cuando debe pasar, y no hay más.

Es muy complicado elegir qué es lo mejor de mi profesión. Casi siempre son los alumnos, a los que habitualmente llamo "mis niños" (o incluso "mis polluelos" en el caso del "Fili" de Guijuelo), pero también bastantes compañeros, algunos hasta llegan a convertirse en amigos. No obstante no quiero dejarme a las familias, porque de esas mamás y algunos papás también salen cosas maravillosas, por ejemplo amigos/as, muy pocas por las circunstancias, pero sé que con algunas personas cuento. Sí, ya sé, tengo reencuentros pendientes, hay que dar con el momento. Todavía nos queda verano por delante.

Y con todo esto, al punto al que quiero llegar no es nuevo, solo puedo dar las gracias. Y empiezo por la parte dura. Gracias a los que me habéis tratado mal en alguna etapa de estos 12 años (casi 13 y medio si contamos con el tiempo de interina), a los que me habéis puesto la zancadilla, a los que habéis intentado humillarme, a los que no me habéis respetado, a los que me habéis ignorado, a los que me habéis discriminado, a los que me habéis juzgado sin miramientos, a los que habéis intentado anularme...Gracias a todos los que vais en ese saco, porque gracias a vosotros ahora soy mucho más fuerte y creo que incluso he aprendido a hacer mejor mi trabajo y, lo que me importa más, a disfrutar incluso más si cabe con él (y el listón está alto)

Y en la parte "blanda", la positiva. Aquí viene lo bonito de verdad. Gracias a los que habéis conseguido que valorase cuánto vale dar con compañeros de verdad. A los que sabéis trabajar en equipo, escucháis, respetáis, colaboráis, quitáis hierro a muchas cuestiones del día a día, sumáis y ayudáis a brillar al de al lado, porque juntos somos mejores y más fuertes. En el grupo de compañeros incluyo también a personas con las que he tenido la suerte de coincidir, aunque no fueran docentes, ni papás ni mamás de alumnos, entre ellos,  Esther (de la Cafetería-Pastelería Sancho, de Guijuelo) o Elena ATE (Guijuelo y, actualmente, Peñaranda).

A las mamás (un porcentaje elevadísimo es de mamás) y algunos papás, por saber escuchar, empatizar, confiar en mí, hacer críticas constructivas, colaborar, respetar mi labor, valorar mi trabajo...Y sí, por llegar a tratarme con cariño y gratitud a manos llenas. Me hacéis sentir muy querida. De vosotros he aprendido también una cantidad infinita de lecciones y desde luego,  ninguna de ellas está en los libros. 

Y en tercer lugar, a mi queridísimo alumnado, a mis niños y niñas de uno u otro lugar. Gracias por dejarme aprender de vosotros, por recordarme cómo se ve el mundo con ojos de niño o de adolescente, por ayudarme a entenderos, por dejarme conoceros, por permitirme ayudaros, por darme tantísimo cariño, por hacerme cambiar de opinión, por quererme tal cual, por ampliar las ventanas por las que yo miraba el mundo, por ser tan únicos, irrepetibles e inolvidables, por haber compartido tantas vivencias (juntos o de antes de conocernos).

En cuarto lugar, a los que son mi gente aunque no estén en los grupos anteriores, por soportar mis quejas, arrebatos, disgustos, agotamiento, hastío, desánimo...Eso de estar dispuesto a escuchar y a tender la mano, es otra de mis suertes. ¡Santa paciencia la vuestra! Reconozco que hay cosas que las hago con pasión y eso, me parece, para bien o para mal, tiene que notarse.

A lo mejor no muchos habrán llegado a este punto. Puedo ser "la pesada de las gracias". Sinceramente, como decían en la película "Lo que el viento se llevó": "Francamente querida (o querido), me importa un bledo".

Os quiero un montón a los grupos de la parte "blanda". Gracias por quererme. Soy consciente de algo importantísimo: a día de hoy, muchos de vosotros, continuáis estando ahí.

Cómo este "aniversario" me pilla en la playa, de ahí son las imágenes, de ese momento que a mí me resulta tan mágico, el amanecer en la playa ...de Gandía en este caso. Me trajo mucha suerte el de Peñíscola de hace dos años, y no me quería cambiar de tercio.


Ya me canto a mí misma el "feliz cumpleaños". 12 años memorables, y muchos por delante para seguir sintiéndome feliz con lo que hago. Una sugerencia, no dejéis pasar las fechas especiales,  no se trata de hacer una fiesta con cada una, pero sí sentirnos afortunados por algo bueno en nuestras vidas (lo malo llega solo y, nos guste o no, no suele avisar). 

La música corre a cargo de Pablo Alborán y su "Solamente tú".

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