lunes, 31 de diciembre de 2018

Despidiendo el 2018

Querido 2018:
Desde hace bastantes años, siempre he dicho que me gustan más los años IMpares...por algo será.

Gracias por los retos que me has puesto, y de los que he intentado (y sigo intentándolo) salir airosa. Gracias por esos momentos malos en los que ya creía que me iba a quedar sin lágrimas. Gracias por las piedras en el camino...Gracias a los malos momentos, estoy aprendiendo (piano piano) a relativizar algunas cosas y, aunque algunos no se lo crean, me tomo las cosas menos a pecho que hace un año. Gracias por brindarme una noche en vela  de acompañante de hospital en la que me di cuenta de muchísimas cosas, que tenía delante de mis narices y era incapaz de ver.

Y sí, todo es cuestión de equilibrio. Por eso, las GRACIAS que más ocupan son las de los buenos momentos. Gracias por la salud de los míos y la propia, aunque haya algunos matices. Gracias por aproximarme más a personas que no sentía que pudiera tener tan cerca y por hacer posible algunos reencuentros. Gracias por regalarme 5 cursos únicos, inolvidables e irrepetibles como maestra de Compensatoria. Y también gracias por haber podido ganar dos veces el mismo premio con este blog, en el que vuelco tanto de mí. Gracias por hacerme caer de nuevo en Guijuelo, con todo lo que eso significa, y lo muchísimo que está dando de sí (más lo que nos queda). Gracias por darme un grupo humano de familia/amigos a los que quiero con locura. Gracias por mantener el hilo rojo con personas que no están en mi presente, pero que deseo poder seguir contando con ellas en mi vida. El cariño, para mí no tiene fecha de caducidad.

Querido año viejo que te acabas: No puedo darte las gracias por la gente que te has llevado, porque no me duele directamente, pero sí sufro al ver el dolor de los que me importan, y han sido unas cuantas las pérdidas, a cual más dura. Sí, a ti, que ahora lees esto, va por ti, va por varias que sí vais a leerlo y por alguna otra personita, en masculino,  que no creo que lo lea, pero no importa, me acuerdo de él (y más en estas fechas).

Gracias por dejarme despedir el año nuevo en la plaza del barrio Vidal, que aunque soy de Carmelitas-oeste, después de los dos cursos del Galindo, siento Vidal como mío. Y relacionado con eso, gracias a Charo, que se ha dejado "liar". Gracias también por los reencuentros de esta mañana, tenía muchos besos y abrazos pendientes, y muchas ganas de darlos. No obstante si queda mucho por hablar, pero en un entorno menos concurrido. Es la primera vez que me tomo las uvas a las 12 de la mañana. Ahora bien, estoy convencida que este va a ser un buen año, de verdad, y el año que viene os veo a todos allí, ya veréis. ¡Mediovieja en el barrio Vidal! Y como guinda al pastel, encontrarme con un alumno que se fue sin despedirse y regresó sin avisar. Sí Florín, eres un amor de niño...¡Qué alegría!



Así que, querido 2018, creo que antes de saludar al 2019, eso es lo que queda en mi retina, los momentos que suman: las sonrisas, las quedadas, los viajes, las escapadas, los conciertos, los abrazos (soy más achuchable de lo que parezco), los detalles, las miradas, los apretones de mano, la confianza, el cariño, la fortaleza, el afán de superación, la complicidad, la unión, la esperanza, la valentía, la...ILUSIÓN.

Que el 2019 sea sinónimo de más momentos para sonreír, celebrar, compartir... que para llorar, sufrir, tirar la toalla. Feliz día a día a todos.

Ah, el toque musical nunca es fruto de la casualidad, rescato una canción que pudimos disfrutar en una de las "bodas del año" (de famosos quiero decir): Stand by me. Y eso es lo que os pido a los que me queréis, que sigáis permaneciendo a mi lado.


2 comentarios:

  1. Feliz Año Nuevo!! Y muchas gracias por compartir y dar siempre tanto de ti.
    GRACIAS RAQUEL

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    1. Muchas muchas GRACIAS Almudena, por tus palabras y porque sé que eres de las lectoras habituales del blog. Cruzaremos los dedos para que el 2019 nos proporcione muchas alegrías. Besos

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