domingo, 14 de noviembre de 2021

Experimento social: regalos de Navidad

Debe ser que no puedo estar más de una semana sin escribir en el blog. Debe ser que la inspiración es mayor de madrugada (en mi caso). Debe ser que no busco las historias, sino que me encuentran. Sea lo que sea, desde luego que la inspiración llega cuando no la esperas. De hecho la semilla de esta ha aparecido cuando no me hacía falta, como caída del cielo, con tres entradas en mi cabeza desde hace ya días, va a ser un domingo prolífico, y vais a encontraros con cuatro. Esta es la segunda, las dos siguientes antes de acabar el día, garantizado.

Está basada en un vídeo sobre un experimento social. Cuando ya tenía la entrada redactada en mi cabeza, he descubierto que lo compartí, el viernes 23 de diciembre de 2016. Pero como esta vez he tirado por otros derroteros, no he podido evitar ponerlo nuevamente. Ya lo tenía olvidado. Y bendita casualidad que lo he visto en Youtube, navegando, como siempre, sin un rumbo concreto.

Aquí lo tenéis...¡Disfrutadlo!

Como sabéis no soy tutora este curso, mi función docente favorita, por muy agotadora que resulte. Lo recuerdo porque este vídeo es una delicia para tratarlo en tutoría. Sin embargo, si os animáis a hacerlo, un favor os pido. Antes de poner el vídeo debéis estar informados sobre el contexto familiar de vuestros alumnos. Imaginad que alguno tiene un familiar muy enfermo o alguien muy próximo que ha fallecido recientemente. No hay necesidad de hacer daño porque sí o hurgar en heridas no cerradas. Abogo a vuestra empatía. Haré lo propio antes de ponérselo a los jóvenes de español, de 1º a 4º de la ESO (uno de cada curso). Pero me ha gustado tanto, que no quiero dejarlo en el saco del olvido. Lo he visto dos veces, la primera no fue del tirón, porque estallé en lágrimas tras la cuarta pregunta.

El "experimento navideño" del vídeo se resume en estas cuatro cuestiones:

1.-¿Quiénes son las personas más importantes de tu vida?

2.-¿Qué les vas a regalar en Navidad?

3.-¿Y si te toca la lotería?

4.-¿Y si fueran sus últimas navidades?

Como viene siendo habitual, no propongo a mis alumnos nada que yo no esté dispuesta a hacer. Y esta seguirá siendo mi tónica, pero lo siento, no voy a escribir aquí mis cuatro respuestas, sí se las daré a mis chicos y chicas de la ESO, pero todo aquí no, cruzaría una barrera que no me apetece. Y tonta sería si en mi espacio, hago algo que me haga sentirme realmente incómoda. Por ahí no paso.

Debido a lo anterior, directamente respondo a las preguntas 2, 3 y 4. A mí me parece que lo adecuado del vídeo, es que vayáis parándolo, dejad que reflexionen y piensen cómo responderían a las preguntas, en orden, una a una. Si lo veis del tirón pierde toda la gracia.

Mis respuestas:

2.-Todavía no lo sé. Me encanta hacer de paje real. En mi infancia Papá Noel no debía saber la dirección de nuestra casa (y sigue sin saberla, ni falta que nos hace). Lo bueno es que los Reyes siempre hacían parada en ella, la verdad de una forma muy generosa. Así que sigo haciendo de paje, pero de los Reyes Magos, por supuesto.

Intento encontrar cosas que les puedan hacer falta, y además algo que me parezca que les haría ilusión tener. Acierto algunas veces, otras no doy una. Me gusta arriesgarme y eso tiene su peligro, pero no son regalos al azar, sino muy buscados y pensados. Eso no se ve al desenvolverlos, tampoco importa, disfruto mucho en el proceso de búsqueda...Y cómo no, envolviéndolos.

3.-Si me tocara la lotería, a uno de ellos le regalaría un piso y le pondría una pequeña empresa para que pudiera trabajar en lo que le gusta con algunos amigos suyos que andan desperdigados por otros lugares de Castilla y León. Y un viaje para ir con él.  A los otros dos un apartamento en la playa, porque sé que a una de esas dos personas le encantaría y es algo que siempre ha querido tener. Y también un viaje, pero de un mes (o más), porque están jubilados y no tienen problema de fechas ni de tiempo. Me uniría en algún momento de ese viaje, pero también les dejaría tiempo para ellos dos. Y luego, a otra persona de las que incluiría en el 2, le daría el dinero del premio que necesitara para vivir con tranquilidad y trabajar menos. Así le estaría regalando tiempo. Y ese es el mejor regalo, además también me tocaría a mí, o eso quiero pensar. Y un viaje, él ya sabe dónde, y con quién. Sin prisas, sin tener que mirar la hora en ningún momento.

Además un viaje para mis dos ángeles de la guarda, porque sé que están ahí, y tiene mucho mérito seguir sintiendo que están después de más de veinte años. El lugar, al que ellos quieran.

Y un puñado de amigos/as. Repito regalo, un viaje para cada uno, sea compartido conmigo o con otra persona. Eso sí, no los juntaría porque son muy distintos y puede liarse parda, creo que no saldría bien. Mi experiencia juntando  amigos no es muy allá, si son grupos numerosos. Al final estoy más pendiente de si ellos están bien que de pasármelo bien yo, y en vez de divertimento siento angustia, estoy tensa, no me encuentro cómoda (al menos hasta ahora). En definitiva, lo paso mal, lo disimulo como puedo.

Como veis, los viajes me parecen los mejores regalos, o algo semejante (excursiones, escapadas, algo especial compartido...). Creo que si a una persona le regalara un viaje, le estaría regalando tiempo, y una experiencia inolvidable. Y si es compartido conmigo, es un regalo compartido, tenga fecha o no. Hay regalos que no se disfrutan cuando se desenvuelven, pero todo llega.

4.-Si de alguna de esas personas fueran sus últimas navidades...¡qué complicado! Supongo que si soy consciente que van a ser las últimas de alguno de ellos, me hartaría a llorar. Evitaría hacerlo delante de ellos, pero lloraría mucho, necesitaría canalizarlo de alguna manera. Y a pesar de las lágrimas intentaría darles mucho cariño, demostrarles lo mucho que los quiero y cuánto me importan. A lo mejor gritaría en medio de la nada. No sé. Puse en primer lugar lo de llorar porque es lo primero que pensé. No obstante, seamos realistas, aunque lo supiera, no siempre se puede pasar todo el tiempo que nos gustaría con los que más queremos, pero ojalá. Y sería tristísimo esperar a que fueran las últimas navidades que viven para procurar pasar el máximo de tiempo con ellos. Por eso parto de la base de sacarle todo el jugo al ahora. Quiero que me queden muchas navidades por vivir con mis personitas importantes de estas preguntas, pero nadie me lo asegura. Alguno de ellos podría faltar, o yo, nunca se sabe. Por eso hay que besar, abrazar apretado, escuchar, ayudar...y lo que necesiten, pero siempre, sin que nadie fallezca.

De ahí mi empecinamiento en querer verlos. Y con quererlo no basta. Hay ocasiones en las que no es posible.

Así que lanzo esta entrada del blog con vídeo a todos lo que quieran verlo y, si se atreven, compartirlo. Especialmente a los docentes de Secundaria (sirve para todos); y, ¿por qué no? a los mamás y/o papás, por si quieren verlo en familia...y hablar. ¡Qué importante es la comunicación!

Antes de las vacaciones navideñas, ya tengo una sesión especial con este vídeo para mis alumnos de español de la ESO...¡Qué ganas! Ellos todavía no saben lo especiales que son, me alegran la semana una barbaridad, no creo que sean conscientes. En tan poco tiempo, me aportan mucho, y estoy aprendiendo mucho a su lado.

Volviendo al vídeo, al final del mismo uno de los que han participado en este experimento social, hace una reflexión sobre el tiempo. Sabias palabras...

"Regalar tiempo con personas es el mejor regalo, porque precisamente no lo puedes comprar. Y es algo que nunca va a volver, es como un regalo exclusivo y único".

Sí, qué bonito es regalar tiempo. Y es una faena tremenda, pero no regresa. Si no pudiste compartir una fecha especial con alguien, este año u otro, no la vas a recuperar. Así de triste, así de claro. Casi todo tiene remedio, acordaos de ese "casi".

En mi escala de comunicación lo primero es el "cara a cara", luego ya estaría una llamada telefónica (la voz no sustituye a la presencia física, pero proporciona una cantidad de información ingente). Luego vendrían los audios, después colocaría los emails, a continuación los "guasaps". Bueno, depende también si los "guasaps" son aislados o es una conversación por esa vía, en ese caso irían antes de los audios. Me parece que la próxima semana voy a dedicarme a retomar la comunicación con gente a la que quiero mucho, aunque quizás no lo logre de manera presencial, pero sí "hablar" con ellos, por la vía que se pueda.

Regalad tiempo. Regalad comunicación. Alzad vuestras voces. No deis nada por supuesto o sabido. Cierro la entrada con una frase de Lincoln, la usaba mi amiga Alejandra. La escribió en la última tarjeta navideña que recibí de ella. Nada más que añadir.

3 comentarios:

  1. Raquelilla, tus palabras son preciosas ,de igual manera que tú.
    As always I stay by you.

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  2. Madre mía. No te haces a la idea de la sorpresa que me he llevado al ver aquí un comentario tuyo. No sabía que una de mis ángeles de la guarda comentara en blogs je, je. Gracias, amiga. Eres más que un 10. Un abrazo enoooorme 😊

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  3. Raquel, como siempre, de acuerdo con lo que dices.
    El mejor regalo el tiempo compartido, envuelto en sonrisas y risas. Gracias bonita!

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