domingo, 14 de noviembre de 2021

Compartir la suerte. Compartir la vida

¿En serio? ¿Otra vez se acercan las navidades? Este año se está pasando en un suspiro. Raro que lo diga en el mes que menos me gusta y más largo se me hace pero, aquí estamos nuevamente. El anuncio de esta edición es el siguiente:

Desde hace ya unos cuantos años los anuncios de lotería navideña tienen un fortísimo componente emocional. Los creativos publicitarios tiran a dar, y lo consiguen. Van directos a nuestras fibras, y en las mías suelen hacer diana. Lo mejor de este es la frase final, una obviedad sí, pero un eslogan genial:

"Compartimos la suerte con quien compartimos la vida."

Lo que escriba a partir de ahora no estará a la altura de ese eslogan. La de Navidad suele ser de las pocas, muchas veces incluso la única, lotería en la que participo. No echo quinielas ni primitivas, pero en este sorteo navideño me hace mucha ilusión participar.

El anuncio es breve, dura un minuto y medio. Es ágil, muy bonito a nivel cromático y está bien hilado. muchas veces menos es más.

He pensado que a mí me encantaría que me tocara la lotería de Navidad. El día 21 suelo fantasear sobre qué pasaría si me tocase. Y aunque reconozco la tremenda ilusión con la que juego (de la cual se aprovechan otros, de la ilusión de todos los que compramos), soy consciente de las posibilidades ínfimas de resultar ganadora. Desde luego que mucho más importante que cualquier premio es tener salud, que no nos falte a los míos ni a mí.

Y francamente, desde hace tres años, preferiría que le tocara a alguien cercano y no a mí. Según a quién le toque, también sentiría que lo he ganado, aunque no viera directamente ni un euro.

Compartir la suerte con quien compartimos la vida no es compartir solo lo bueno, sino todo. Y lo que cuesta es compartir lo malo, permanecer unidos ante la adversidad, cuando las cosas se tuercen y la vida parece una carrera de obstáculos. Pero los obstáculos se salvan mejor acompañados.

Compartid lo que queráis, no hace falta que sean décimos de Navidad. El año pasado se me ocurrió una idea para compartir décimos con personas importantes en mi vida. No nos hicimos millonarios, en la mayor parte de los casos ni siquiera recuperé lo jugado, pero valió la pena. Sí, tal cual, la reacción de esas personas hizo que valiera la pena.

No voy a repetir "el cuento de la lechera", pero soñar es gratis. Suerte a todos los que participáis en el sorteo del próximo 22 de diciembre. Os toque o no, seguro que ya sois "ricos" en muchos aspectos de vuestras vidas.


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