lunes, 31 de enero de 2022

EMOLECTURAS 12: El hilo invisible

Casi mes y medio más tarde, prosigo con las recomendaciones de "Emolecturas".

Lo hago con un libro relativamente reciente. La primera edición es de septiembre de 2020. En mis manos tengo la octava, comprada en la "Feria del libro de Madrid", en septiembre del año pasado.

En "El hilo invisible" encontraréis una historia ideal para hablar de los vínculos que nos unen a las personas (y animales) que más queremos. El libro explica el significado del ombligo, como punto de partida de un hilo invisible que nos mantiene unidos a los que más nos importan.

Hay textos sobre "la leyenda del hilo rojo", me encanta por cierto. Al abrir "El hilo invisible" de Miriam Tirado, esperaba que explicara esa leyenda, pero no. Me sorprendió gratamente. Es un libro excelente, tiene unos dibujos hechos con una ternura inmensa; y el texto está claro y muy bien contado. Me parece que hay libros sin edad, y este puede ser un buen ejemplo de ello, maravilloso para los niños; pero una delicia también para los adolescentes y adultos; no reduciría los posibles lectores a los peques.

Creo que es una historia bellísima, muy cuidada, y no hace falta que en el aula y/o en casa haya pasado "algo" para contarla y/o leerla. Puede venir bien para vencer miedos antes de ir por primera vez al cole o a cualquier sitio nuevo. Además lo veo apropiadísimo para tratar el duelo. Ya sea antes de un fallecimiento que sabemos llegará en breve, o después de haberse producido. Tampoco hace falta que nadie haya muerto recientemente, es un libro precioso, y no hay vuelta de hoja.

Advertencia, recomendación, observación, llamadlo como mejor os venga. Si en clase vais a usarlo por algún caso que conozcáis de algún fallecimiento familiar importante de alguno de vuestros alumnos, tened mucho, pero que mucho cuidado. A mí me parece un libro magnífico, escrito con mucho tacto, pero no sé si me atrevería a llevarlo al aula para eso. Si lo hiciera, antes me cercioraría mucho, pero muchísimo, que ni uno solo de mis alumnos va a sufrir al escuchar la historia. Ante la duda, dejo el libro en la estantería, sin más. O para cuando llegue su momento, sin necesidad de que haya sucedido nada. 

A lo mejor a vosotros os ha pasado, que un día contáis una historia en el aula y alguien se emociona. A mí me ha pasado bastantes veces, pero ninguna he visto sufrir a un niño. Más bien mi sensación ha sido positiva, a veces hay cosas que hay que dejar fluir, y emocionarse no tiene por qué ser algo negativo, muchas veces es necesario. Pero si estos sucediera, procurad que sientan que estáis, sin más. Que noten vuestra compañía, pero sin agobios. Esto para un niño puede significar distancia, que sepa que estáis próximos a él, pero dejándole su espacio. Para otro puede ser cercanía, ya sea agarrarle la mano, mirarle de una manera especial, darle un abrazo o alguna otra muestra de afecto. Recordad, cada uno es un universo, y somos responsables de cuidar y respetar los universos de cada uno de nuestros alumnos. Debéis tener mucho tacto con ellos. Por favor, docentes, esforzaos en conocer a vuestros alumnos, da lo mismo la edad que tengan. 

Y sí, yo a mis alumnos del cole con mucha frecuencia los llamo "mis niños" (o polluelos, je je), porque sí. Y algunos ya han pegado el estirón, están en el instituto (o más), pero para mí, siguen siendo mis niños. Si alguno de los de mis tutorías leyera esto, sabría muy bien a lo que me refiero. El cariño sigue sin tener fecha de caducidad, sea en Móstoles, Ciudad Rodrigo, Béjar, Salamanca capital, Guijuelo...Y no tiene fronteras. No entiende de países, ni de idiomas, tampoco de color de piel. Y mucho menos de dinero, hay mucha gente rica según sus bolsillos pero muy pobre de corazón.

En mi opinión la idea de estar conectados a aquellas personas (y animales) que más queremos a través de un hilo invisible es fantástica, y de una belleza descomunal. O a mí me lo parece cuando gracias al texto de "El hilo invisible" mi cabeza ha formado esa imagen. Tal vez estas personas estén todavía vivas o no, pero ese hilo invisible sigue existiendo. Quizás será que me identifico mucho con lo que cuenta. Siento cómo hay "algo" que me mantiene unida a los que amo, a los que quiero, estén presentes en mi vida a día de hoy o no. Y me parece que los que se van de este mundo, o al menos dejan de existir físicamente, continúan de alguna manera unidos a nosotros, por todo lo vivido con ellos. Y eso no se esfuma, no mientras los recordemos. 

Sé que tengo hilos invisibles con personas que fallecieron. También algunos con personas a las que quiero una barbaridad, pero no están a mi lado por la distancia (kilómetros), otros están relativamente cerca pero no los veo todo lo que me gustaría, y unos poquitos son a los que veo cada día o cada semana, llueve o truene. 

Y a los que tienen ausencias importantes, dejad que hablen de ellas, en serio. Tirad de empatía. Son parte de su vida, lo digo en presente, aunque ya no puedan tocarlos ni muchas otras cosas. Y esos que queréis son los que son gracias a todas las personas relevantes que han estado con ellos, gracias a las vivencias anteriores. Y es normal que necesiten mencionarlos, o incluso llorarlos en alguna ocasión. Y eso está bien. Da lo mismo cuántos hayan pasado, debéis estar dispuestos a estar, sin límites. No es fácil, pero el corazón es capaz de albergar un cachito para cada uno de nuestros hilos invisibles. 

No me ha dado tiempo, pese a que esta entrada llevaba ya días fraguándose en mi interior, pero mi idea era haber hecho un audiolibro, con alguna música agradable de fondo, para que pudierais disfrutar de la historia completa. Por supuesto habría sido sin fines comerciales, la autoría del libro es de Míriam Tirado, las ilustraciones de Marta Moreno, y la edición corre a cargo de B de Blok. El mérito es suyo, por habernos regalado una historia tan bella. Gracias infinitas. Ocupa un lugar especial en mi biblioteca.

Tengo la suerte de tenerlo dedicado por la autora, me pareció encantadora...¡Bendita "Feria del libro"! Y como soy fácil de convencer para según qué cosas, había otro libro suyo junto a este, llamado "La fuente escondida", incluido en alguna de mis "Emolecturas" previas. Si tenéis que hacer un regalo especial, es todo un acierto. En realidad los dos lo serían, tanto "El hilo invisible" como "La fuente escondida".

Si alguien quiere ojearlo y hojearlo, no tiene más que decírmelo. Tengo muchas ideas en la cabeza, pero en cuanto llegue el momento, sabré cuál materializar sobre "El hilo invisible". Dependerá de con quién lo comparta. Es un libro que quiero tener cerca, muy cerca. En "Youtube" he dado con un vídeo con el cuento...¡Disfrutadlo!

Como ejemplo de actividad relacionada con él, pediría a cada alumno que llevara una fotografía suya, de cintura para arriba. Repartiría folios de colores, intentando tener lana de esos mismos tonos. Les pediría a cada uno que se dibujasen de cintura para abajo, y de su ombligo salieran los hilos "invisibles" que ellos quisieran, con o sin nombres. Eso sí, los invitaría a reflexionar sobre sus hilos invisibles, y les daría la opción de ponerles nombres o no. Lo de la lana que coincida con los colores de los folios, es para reforzar la idea de "invisibles" de nuestros hilos. Podéis sugerirles que hablen de sus hilos, el que quiera, cuando quiera y como quiera, de manera voluntaria por supuesto. Respetad si alguno no quiere hacer la actividad ni intervenir. Pongo dos imágenes del interior.


Creo que contada la historia con cuidado y grandes dosis de cariño, el libro puede ser un éxito en las aulas. Y la actividad, bien planteada, también. A veces los maestros podemos ser un poco magos. Pero la magia solo la "creamos" con ayuda de nuestros alumnos. Gracias a ellos, la magia puede sentirse. A mí me ha pasado, y es una sensación única.

Si con todo lo que he escrito no os apetece lanzaros a "El hilo invisible", no tengo mucho más que añadir. Esta noche pensaré en mis hilos invisibles, y en la suerte que tengo con cada uno de ellos. Y sonrío, es inevitable, a la vez que cruzo los dedos. Cuidad de vuestros hilos.

4 comentarios: