sábado, 22 de enero de 2022

Rara

Hay un calendario de "Días de...". Ayer fue el turno del "Día Internacional del Abrazo". Tercera vez que llega esta fecha en tiempos de COVID. Igual me da Delta que Ómicron, según están las cosas ahora no parece un buen momento para abrazarse. Aunque tal vez sea cuando más falta nos hace. Voy a sincerarme: abrazo. Sí, lo hago. Lo siento, pero lo necesito. A tan pocas personas que me sobran dedos en una mano, pero no puedo vivir sin abrazos. Excepto abrazos puntuales de reencuentros con gente a la que quiero y por h o por b veo muy poco. Para otros serán más necesarios los besos u otras muestras de afecto. Pero yo me quedo con los abrazos. Con aquellos en los que parece que el reloj se para, por lo cómoda que estoy. Los que hacen que no escuches ruido, como mucho el latido de otro corazón (esto me parece muy especial). Esos en los que no decimos ni una sola palabra, porque sobran, solo abrazamos apretado.

Creo que nunca es algo que haya que forzar. Intento ser muy cuidadosa y nunca doy abrazos sin ton ni son. Para abrazar a alguien tiene que haber mucha confianza, complicidad, y saber que al dar un abrazo no voy a hacer sentir incómoda a la otra persona, ni tampoco sentirme rechazada. Ante la duda, no abrazo. Hay personas más abrazables, otras requieren más tiempo para llegar a esa proximidad. Y otras muchas a las que no me apetece abrazar, y creo que eso es respetable. Igual que si alguna persona no quiere que yo la abrace, debo respetarla.

¡Qué falta hacen los abrazos! Me da en la nariz que el día que no exista la distancia social, las cosas van a ser distintas para mucha gente. Percibo en gente cercana una especie de armadura, una coraza de la que ojalá se despojen en algún momento. Cruzo los dedos para llegar al próximo 21 de enero sin distancia social, sin mascarillas y sin ventilación cruzada (y no cruzada).

Abrazad lo que podáis, a quién queráis y os quiera, y congelad esos instantes de cercanía extrema. Me encanta el grado de intimidad de un abrazo. No se abraza a cualquiera. Y qué bien que sea así.

Esta vez con una canción siento que me quedo corta. Aquí va la primera, de "Las Migas":


Volviendo al COVID, supongo que es el tema de conversación por excelencia. Una semana más superada. Aunque esta no me ha salido gratis, "sufro" algún daño colateral por las medidas de prevención. No sé si os pasa, pero estoy hiperventilada, tengo frío continuamente, y según en qué sitio, me siento un pingüinito. Paciencia y a abrigarse...Bueno, y a cuidarme todavía más. Voy con una maxibufanda que parece una toquilla, pero cumple su función. He llegado a estar en alguna clase con plumas, guantes, foulard y bufanda...Seguro que la próxima semana será mejor. 

Ánimo a los positivos, ojalá en unos días esto sea un mal recuerdo para vosotros.

Ha sido una semana extraña. No sé, se me han juntado muchas cosas. Varias personas, sin quererlo, me han recordado lo hermoso de ser maestra. Muchos la importancia del compañerismo y de trabajar en un ambiente agradable, en el que cada uno pueda ser él/ella, sin estorbar a otros, sin hacer sombra a nadie, sin poner zancadillas, cada uno tiene su luz. Y veo mucha luz en los compañeros que tengo. Luz en su humanidad, por su profesionalidad, comprensión, empatía...Soy muy afortunada. También he visto la otra cara de la moneda con alguna persona. Tengo una teoría, hay gente infeliz, amargada o llamadlo x, que parece disfrutar intentando contagiar su amargura y/o infelicidad a otros. Hace unos años habría saltado ante determinadas situaciones, sin miramientos, sin medir. Ahora no, he respirado profundamente y me he mordido la lengua. Hay días que es preferible tener calma a la razón. Y no me van a arrebatar ni un ápice de felicidad ni de paz, allá cada cual. Y estoy contenta por haber conseguido callarme. Tiempo al tiempo.

Mi llamamiento de sugerencias de hace un par de entradas fue un fracaso estrepitoso. Lo reconozco. ¡Qué se le va a hacer! Pensé en cerrar el blog. Luego lo enfrié, va a ser que no. Gracias gigantescas a Cristina García Martín por su idea, en breve aterrizará aquí. Por eso y por los compartido, y muchas cosas buenas que quedan por venir, lo presiento. Pero no pasa nada, hay que seguir remando. Aunque para la próxima pensaré más y mejor si pido colaboración. No me esperaba cien propuestas, pero sí algunas, con cinco me habría sentido de otra manera. No pudo ser.

Acabo con una canción preciosa. Puede ser que fuera la primera vez que escuché a Pasión Vega. Disfrutad de esta "Lucía".

Buen día a todos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario