sábado, 19 de noviembre de 2016

Inspirándome en un artículo de EL PAÍS de hoy


A estas alturas me molesta que todavía se hable tanto de cosas "de niños" y  "de niñas." Aunque reconozco que lo que peor me sienta es que sean los propios niños los empeñados en distinguir entre qué cosas son para unos y para otros, obviamente reflejan lo que ven en sus casas. Pensaba que la sociedad había avanzado más, pero desafortunadamente no es así.

He cometido el error de no ir recopilando las anécdotas que he vivido desde que empecé a trabajar. Algunas sí las tengo por escrito, otro grupo permanece (de momento) en mi memoria, y una tercera parte creo que han caído ya en el olvido. El caso es que al leer el artículo de El PAÍS, me he acordado de un niño de 1º de Primaria, no era alumno mío, pero sí muy buen amigo de algunas de mis alumnas, que pidió por cumpleaños el vestidor de la Barbie, motivo de burla para muchos. También era el único chico apuntado a baile en las actividades de la tarde, lo cual provocaba las risas malévolas de unos cuantos y comentarios que me voy a ahorrar pero que os los podéis suponer de otros tantos. Ese NO era uno de mis alumnos, pero si lo hubiera sido, a mí me da exactamente igual si una niña quiere jugar al fútbol o un niño tiene ganas de vestirse de princesa. De hecho siempre los animo a que hagan lo que les gusta siempre que sea posible. Y me da lo mismo si eso quiere decir que el día de mañana uno de mis alumnos tiene novio o una de mis alumnas tiene novia, de hecho mientras él o ella sea feliz, feliz también yo. De hecho no implica que sea gay y/o lesbiana, que cada uno juegue con lo que quiera y se vista como prefiera...¿O no?


*Ver fuente de la imagen en la parte inferior de esta entrada.


En otra ocasión, en otro centro, da igual dónde y cuándo, con alumnos ya "mayores", 5º de Primaria, les pedí, gracias a la ya por desgracia extinguida "Educación para la Ciudadanía", que hicieran una actividad sobre ellos mismos. Tenían que dividir una página en dos partes iguales, en la parte superior izquierda colocar un más, en la derecha un menos. Debajo del más, había que escribir cinco cosas positivas sobre ellos mismos, y explicar cada una, el porqué creían que esas cualidades eran positivas. Debajo del menos, idéntica tarea pero con las "cosas" negativas que creían tener ellos. Después de un tiempo de trabajo INDIVIDUAL, comentamos entre todos algunas respuestas, pero solamente intervinieron los que quisieron (corregí en casa los cuadernos y les puse a cada niño/a alguna anotación).

Varios niñOs, recalco la o, pusieron entre las negativas, SENSIBLE. Me desagrada que todavía un niño, en pleno siglo XXI, siga pensando que ser sensible es algo malo. Cuando ya tenían de vuelta los cuadernos corregidos hice comentarios a nivel general, sin personalizar, y alguno respiró más tranquilo. Lo importante, en mi opinión, es que como docentes, les demos a los niños las suficientes oportunidades para mostrarse tal y cómo son; para llorar cuando les haga falta (sin una voz que les diga "no llores", pero sí alguien que esté pendiente de ellos, sin atosigarlos); para contarnos algo cuando y como quieran, SIN juzgarlos...Claro está, llegar a eso implica haber dedicado un tiempo a conocerlos, mediante la observación, a través de lo que dicen..Y es una pena, pero muchos menos maestros y profesores de los que me gustaría están dispuestos a hacer esa "inversión."

Ahora sí, os dejo el artículo de El País.


*Imagen extraída de

https://hombresmujeresyfeminismo.wordpress.com/2012/04/18/la-mujer-en-las-peliculas-de-disney-de-blancanieves-a-mulan/


No hay comentarios:

Publicar un comentario