miércoles, 3 de abril de 2019

CRIE: día 2, conociendo Berlanga de Duero, talleres, tiempo libre y día de los mimos

A las seis de la mañana del martes 2 de abril, me desperté, creo que mi reloj interno todavía estaba en "modo cole" y no se ha aclimatado al horario CRIE. Me asomo y veo una densa niebla...Podéis ver la foto, hecha desde mi habitación.



Afortunadamente pudimos disfrutar de una mañana espléndida. Tocaba conocer un poquito más, la localidad en la que estamos, Berlanga de Duero. Visitamos La Colegiata, el castillo, la Plaza Mayor, la Puerta Aguilera y, vimos a una distancia prudencial, La Picota, por su cercanía a la carretera.




Puerta Aguilera
La Colegiata me encantó, nos dio la bienvenida un caimán disecado, cuya piel trajo Fray Tomás de Berlanga desde Panamá hace 600 años. Una vez aquí, lo rellenaron de paja y centeno. No obstante, según la leyenda, Fray Tomás lo trajo vivo pero...es lo que tienen las leyendas. También supimos que se considera a Fray Tomás el descubridor de las islas Galápagos.








Para la construcción de La Colegiata, María de Tovar mandó destruir ni más ni menos que diez iglesias.


Escuchamos la curiosa e inquietante historia sobre Don Cristóbal, sobre cómo unos perros que habitualmente entraban a comer pan al templo, se quedaron quietos a la entrada de La Colegiata, mirando fijamente a la tumba de Don Cristóbal, como si después de muerto los vigilara (ver foto inferior).






En el altar mayor está la virgen Nuestra Señora del Mercado (imagen superior).

Visitamos lo que queda del castillo. La subida al mismo no era un camino de rosas, sino de piedras (no me refiero al que más marcado aparece en la foto) y, teniendo en cuenta la bajada que me imaginaba en el descenso, reconozco mi cobardía y paré a medio camino.


Un compañero me advirtió que había otra forma de llegar al castillo, mucho más larga pero llevadera, y me reuní con ellos en unos minutos. De ahí que no aparezca en la foto que veis a continuación.





El "descenso" fue por un camino intermedio.





También hicimos una parada en la Plaza Mayor, donde descubrimos que el primer alcalde de Berlanga fue...¡El Cid Campeador!

Y esto es lo más relevante de lo que vimos por la mañana, pero no lo único.

Hicimos el recreo de media mañana en un parque y, regresamos a las instalaciones del CRIE. Allí tuvieron un ratito de tiempo libre antes de la comida.

Después de la comida también tuvieron tiempo libre, antes de dar comienzo los talleres de la tarde. Los dividieron en dos grupos, uno de ellos empezó haciendo el taller de Robótica con Javier; el segundo, el taller Cinematic con Puri, una compañera a la que hemos conocido hoy. Con una parada para la merienda y un ratito de juegos, retomamos los talleres, haciendo cada grupo el que le faltaba.

En el de Robótica han hecho un puente levadizo, que se llevarán de recuerdo a sus casas. Fue una delicia ver lo atentos que estaban y cómo se ayudaban entre ellos...¡Qué emoción!

Y en el de Cinematic, hablaron de cine, de películas favoritas y cómo hacer una "stop motion." Me pareció un muy buen ejercicio para fomentar la creatividad, la imaginación y el trabajo en equipo. Es muy importante ser capaces de ceder para llegar a un objetivo común. Los dividieron en grupos más pequeños, para poder trabajar mejor. Pensaron sus "cortos" y crearon sus personajes con plastilina. Lo grabaron con una tablet, haciendo las fotografías, un máximo de 25, para dar forma a su "stop motion."

He estado en parte de un taller y otro, para ver a los dos grupos en ambos y, toda mi admiración para el trabajo de los compañeros del CRIE, por su paciencia buen hacer y lo bien que nos están tratando.

Quedaban las duchas, hablar (qué nervios) con las familias, la cena y una peli (Una pandilla de altura).

Hoy miércoles tenemos excursión en bus y, habrá que intentar disfrutar de las horas de sueño todo lo que podamos.

Ayer martes fue un día muy bonito, aunque vi que muchas alumnas, con A, están echando mucho de menos a sus familias. Intenté tranquilizarlas como se me ocurrió, y muchas se han acercado buscando "algo", ese algo de cariño/amor que en sus casas reciben a diario y que hoy, ya todo el día fuera de casa, han extrañado más que nunca. Les he dicho que se centren en disfrutar esta experiencia única y les he recordado lo amados que son en sus casas. Y también que tengan en cuenta algo: el viernes, cuando lleguemos a Guijuelo, sus familiares van a estar allí, y van a poder contarles mil y una anécdotas de nuestra aventura soriana.

Entre abrazos y besos de buenas noches, doy por finalizada nuestra segunda jornada en el CRIE, además por la hora ya es miércoles y, oficialmente puedo decir que he batido mi récord de abrazos dados/recibidos en un día. Siempre me lo ha parecido pero, el cariño, concretamente los abrazos, son una de las mejores medicinas. En unas horas más, mientras tanto..¡Abrazos para todos!

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