jueves, 18 de abril de 2019

El tesoro de la amistad...¡GRACIAS!

Como bien dije en mi entrada anterior, una de las "actividades" a las que estoy destinando gran parte de mi tiempo en vacaciones es a (re)socializarme. A los reencuentros sin prisa, a esas quedadas pendientes, sin fecha desde hace mucho. En la de hoy,  me he quedado boquiabierta al ver esta caja:



Será una coincidencia gigantesca pero...¡Qué cosas pasan! Ayer fui a una papelería, mientras miraba unas cajas muy bonitas, estaba hablando por teléfono con una amiga. Me fijé en una con unas margaritas, unas gotas de agua y un fondo que imitaba a tela de arpillera, ¿os suena, no?. Os prometo que no hablaba con la misma persona que me ha hecho este regalazo, de hecho creo que estas amigas ni siquiera se conocen. Esa fue la primera sorpresa, ver que era la caja que justo ayer por la tarde había estado describiendo a otra persona. Me estoy planteando creer en las meigas, y haberlas haylas...

Pues tras el sorpresón inicial abro la caja, y ya me quedo muda del todo. Mejor es que lo veáis en las fotos.



Cuando mi hermano lo ha visto, me ha dicho que seguro que lo ponía en el blog...¡Cómo me conoce! Sí, adoro los detalles, y esto es un detallazo, en mayúsculas. Lo pongo también para darle las gracias públicamente, a nivel privado me quedo muy corta. Hay personas a las que no puedes ver lo que quisieras pero, sabes que cuentas con ellas y que quieres que sigan estando en tu vida. Gracias Soraya; gracias, amiga.

Y ya al detalle, el interior de la caja. Complicado ver algo más bonito. Me he quedado helada. El regalo es muy mío, porque sabéis que soy muy de frases, de detallitos, de regalos sentimentales. Y este tiene tantas emociones condensadas que, cómo no hacer una reseña del mismo en el blog. En lo que va de curso llevo muchos detallazos, no tienen por qué ser materiales, que me han emocionado una barbaridad. Tarjetas, dibujos con dedicatorias, notas, pulseras, emails, conversaciones cara a cara (mis favoritas, aunque también las más "peligrosas"). Soy muy afortunada.







Las imágenes no están puestas al tuntún. Por eso la última tiene una de mis frases favoritas, teniendo en cuenta lo mucho que me han gustado todas y lo identificada que me siento, porque es educación emocional pura y dura, toda ella, resumida, en una caja.
"Que sigas enseñando con el corazón,"    ¡Por supuesto que sí! Me cuesta mis disgustos (unos cuantos), utilizo la cabeza también pero, empleo infinitamente más el corazón. Es mucho más arriesgado, lleva más tiempo, requiere más esfuerzo...Lo que pasa es que es más gratificante, sientes que estás volcándote en lo que de verdad importa, y consigues cosas que nada tienen que ver con tener alumnos que sepan operar con decimales o hacer el análisis morfológico de una oración. Es un tipo de satisfacción totalmente diferente, te hace sentirte increíblemente bien, indescriptiblemente feliz. Y cuanto más complicado sea lo que tienes que afrontar, más ilusión por ver los avances, cambios...da igual lo ínfimos que sean, valen oro.

Y de vez en cuando, me hace falta estar con personas que comparten la misma línea docente, aunque sea para darnos oxígeno unos a otros. Gente que se preocupe por "rascar" y no se quede en la fachada de sus alumnos. Profes y maestros que observen, escuchen, indaguen, animen, apoyen, compartan...y no se limiten a seguir el currículum puro y duro. 



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