domingo, 26 de diciembre de 2021

Tu refugio

Nunca he sido yo muy de "Pablito". Perdonadme pero así me refiero, con cariño, a Pablo Alborán.

He estado a un tris de publicar la última entrada del año, en la que me asomo al siguiente. Solamente es 26 de diciembre así que, voy a esperar unos días más.

Llevamos unos días grises, meteorológicamente hablando. O el cielo estaba gris o se ponía a "llorar". Y por esa lluvia, aunque no sea ácida, he pasado en casa unas cuantas horas. Y después de volver a empezar la lectura de un libro, ver una película, leer varios periódicos, pasear un rato bajo la lluvia y estar un tiempo en plan relax, sin hacer nada, me he sentado frente al ordenador. En vacaciones intento esquivarlo. Durante el curso no me queda otra, pero en mis días libres procuro dedicarle mucho menos tiempo, porque cada vez veo peor, en parte será que me acerco a los cuarenta, y en parte el tiempo con el ordenador y otras pantallas...

Como decía al principio, la última de 2021 me la reservo para un poquito más adelante.  Hoy comparto la canción "Tu refugio" de Pablo Alborán. Creo que la había oído muchas veces. pero no la había escuchado nunca. Me encanta la idea de poder ser refugio de alguien o que alguien pueda ser el mío. Todos tenemos lo nuestro, virtudes pero también defectos. Lo bonito es aprender a querer con esos "peros", porque los "pros" son más valiosos. Y poder ser nosotros mismos, sinceros, vulnerables, sin capas, en paz, valientes, cobardes, graciosos, inseguros, alegres, empáticos, miedosos, cariñosos...Cada uno sabrá cómo es, aunque no siempre coincida cómo nos vemos a nosotros mismos a la manera en la que otros nos ven.


Y ojalá todo el mundo tenga alguna persona "refugio", y sea además refugio para alguien. Si contáis con este tipo de gente, cuidadla, un refugio es un tesoro. Es un soportal cuando llueve a cántaros, un rayo de sol en un día nublado, un bastón en un momento difícil, un pañuelo en un nstante de tristeza, un olor agradable en medio de un basurero, una mirada cómplice que dice más que muchas palabras, una palabra amable cuando nos olvidamos de querernos, una palmadita en la espalda si el ánimo está bajo mínimos...

El vino (champán, sidra...) lo dejo ya para la Nochevieja, pero de forma virtual sí quiero brindar por las personas "refugio", y ojalá podamos seguir contando con ellas. ¡Chin-chin!

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