No he podido resistirme. Me apetecía mucho cacharrear con "Canva". Y de verdad que mi idea era dejarlo para más adelante, porque estamos en los coletazos de la segunda evaluación y, como cualquier compañero docente sabe, eso quiere decir no tener casi ni tiempo para rascarse la nariz. Pero en una "pausa", he visto el momento, y me he sentado con "mi amigo", el ordenador.
Espero que esta sea la primera de muchas píldoras emocionales. Estaba pensando a cuál dedicársela y me he decantado por la sorpresa. Esa emoción que sentimos cuando nos dan una, sea del tipo que sea. Y lo que luego desencadena, según las circunstancias en las que se produzca (qué tipo de sorpresa es, quién nos intenta sorprender, dónde estamos, cuál es nuestro estado de ánimo antes de la sorpresa, con quién estamos en ese momento...).
El resultado es algo muy sencillo, espero que os guste. Me parece adecuada tanto Primaria como para Secundaria. Si investigáis un poquito en la segunda "diapositiva", podéis acceder a dos vídeos sobre la sorpresa. El que está disponible al hacer pinchar en el altavoz, me parece más apropiado para la etapa de Primaria, mientras que el enlace que se abre al hacer clic en ¿Qué es? lo veo más adecuado para Secundaria. El enlace es público, por si alguien quiere usarlo y/o compartirlo.
Píldoras emocionales (1): LA SORPRESA
Y si queréis usarla, la acompañaría de la ficha que también incluyo a continuación, con el "sorpresómetro". En su momento ya hice un "tristómetro" en el CEIP "Filiberto Villalobos" de Guijuelo para una de nuestras (de mi alumnado de entonces y mía, su tutora) "Pinceladas de emoción", obviamente sobre la tristeza. Si a alguien le apetece releerla o leerla por primera vez, este es el ENLACE. Me parece bueno contextualizar un poco. "Pinceladas de emoción" fue una idea para los niños y niñas de mi tutoría de 5º de Primaria. Eran sesiones de media hora...¡La última media hora de los viernes!
Y ahora ya sí, un modelo de ficha para hacer el sorpresómetro...
Como veis me ha entrado el gusanillo con CANVA. Intentaré agarrarme las manos hasta que tenga tiempo, de verdad, para seguir trasteando y creando algunas cositas, porque en mi cabeza ya se me ocurrieron ayer unas cuantas...¡Qué peligro!
Siempre digo al hablar de educación emocional, que para que actividades como la planteada aquí funcionen, los maestros y profes debemos "pringarnos". Jamás le pidáis a un alumno algo que vosotros no estéis dispuestos a hacer. Hay que dar ejemplo. Animad a que participen, pero no obliguéis a nadie. Y si hace falta que vosotros rompáis el hielo, lanzaos a la piscina y punto. Seguramente los alumnos no están acostumbrado a eso, y suelen ser muy receptivos a vernos en una tesitura distinta, alejada de "la que explica las fracciones equivalentes, las restas con llevadas, los grados del adjetivo, los tipos de rima, la clasificación de los seres vivos o lo que se tercie".
Comparto también un artículo titulado "Ideas para aprovechar el efecto sorpresa en el aprendizaje de los niños."
Me encanta pensar que la vida nos tiene reservadas muchas sorpresas agradables. Ojalá sí. Pero hay algo que tengo claro, cristalino: es importantísimo no perder nunca la capacidad para sorprenderse (y para sorprender a otros). ¡Al lío!
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