He invertido gran parte de la tarde en recordar. Me ha dado por coger discos duros en los que tenía imágenes de hace años. Por ejemplo de mi etapa de Robleda, la del Santa Catalina y...¡Mi aterrizaje en el Fili de Guijuelo! He encontrado algún que otro tesoro en las de Guijuelo. Se me encendió la bombillita al darme cuenta que tal vez tendría fotos, de entonces (curso 2013-2014) de mis niños del Fili de 5ºC del 2018-2019. Y...¡bingo! No tengo de todos, pero sí de algunos, mientras se formaba la pirámide de alimentos de las Jornadas Culturales, o en su visita al gimnasio para degustar la comida saludable que prepararon los alumnos de 5º y 6º de Primaria.
Ese lejano 2013-2014 estuve de maestra de Refuerzo/apoyo para 5º y 6º. Fue mi estreno como maestra de Compensatoria. No sabía yo que estaba haciendo fotos a mis futuros alumnos...¡Qué sorpresón! Y no solo a los de mi tutoría, también he localizado peques de las otras dos clases. Lo de buscar fotos de otros años era porque en mi casa, desde hace ni recuerdo cuándo, pero era muy peqieña, tenemos la costumbre de ir hoy, sábado santo, a Miranda Do Douro. De hecho si algún año no hemos cumplido con la tradición ha sido por alguna cuestión de peso. Pongo una imagen de hace un par de años. No es la más bonita de allí, pero es la que tenía más a mano en lo que he mirado.
A partir de mañana voy a dedicar un ratito a esas fotos pendientes de organizar y dar a la gente, en algunos casos hasta me da vergüenza la demora...Bueno, poco a poco. Eso y un curso que on line que voy a comenzar pero ya, así aprovecho mejor las horas en casa.
En el título he puesto "Fotografías y piel." Lo de la piel no era solo por el aspecto actual de mi cara, esa es la anécdota. Es la piel como algo que echo mucho de menos: acariciar, abrazar, agarrar, mimar, tocar...Sin límites de distancia ni tiempo, sin guantes ni mascarillas que nos separen. Soy muy de tacto, lo reconozco, y no es compatible con esta pandemia del COVID-19. Todo llegará. Como para muchísimas otras cosas ahora, hay que saber esperar.
El audio de hoy era el poema "La gente que me gusta de Benedetti." Me he quedado a cuadros porque he encontrado una versión algo distinta al que conocía. Aunque es algo más extensa, también es menos conocida, así que he optado por el largo.
Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad. Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios.
Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme.
La gente que tiene tacto.
La gente que tiene tacto.
Me gusta la gente que posee sentido de la justicia.
A estos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor.
La gente que nunca deja de ser aniñada.
Me gusta la gente que con su energía, contagia.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo. La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.
La gente que lucha contra adversidades.
Me gusta la gente que busca soluciones.
Me gusta la gente que piensa y medita internamente. La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni cómo lucen. La gente que no juzga ni deja que otros juzguen.
Me gusta la gente que tiene personalidad.
Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.
La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.
Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido.
A mí me gusta la gente, y mucho. Y de la gente, la que más, la mía. Gracias por seguir en mi vida.
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