Me da hasta vergüenza el título de la entrada, porque seguramente no debería sentir agobio, pero lo digo tal cual me sentí ayer. Digo ayer porque así es técnicamente, pero solo llevamos tres horas del 20 de marzo.
Creo que es de recibo empezar dando las gracias a todos los que me habéis dicho algo ayer, ya fuera de viva voz o por "guasap," se agradece mucho tanto cariño, la paciencia...Ayer fue un día malo. Sin saber por qué me levanté con el cable cruzado, con la escopeta cargada como le decía a un amigo. Es de esos días que sientes que no te soportas a ti mismo, no sé si entendéis a lo que me refiero.
Y es muy probable que el agobio fuera empeorando a lo largo del día por el informativo de las tres, porque los datos no eran nada esperanzadores. Además tenía en la cabeza muchas cosas, personales o de mi gente más cercana, que para el caso son iguales, porque me preocupan ambas. A eso le añadimos lo del teletrabajo, opté por permanecer prudentemente callada durante todo el día, porque son demasiadas novedades en un visto y no visto. Fue un conjunto de cosas, al levantarte con el cable cruzado a medida que pasan las horas, es difícil ponerlo en su sitio. Todo lleva su tiempo. Pero ya, voy a pensar que hoy es un nuevo día y va a ser mejor. Intentaré afrontarlo con otro talante. Perdón a los que os he preocupado sin que me hubiera pasado "algo." ¿Quién se atreve a definir ese algo?
En la madrugada de ayer, finalmente sí empecé a dibujar, pero no acabé de colorearlo hasta hace un rato. Es un dibujo muy sencillo de pajaritos, y hace el cuarto de la serie COVID-19. No, no lo hago en plan broma, no quiero que se me olvide por qué hice esos dibujos, ni tampoco a las personas a las que se los regale cuando esto acabe, porque aunque cada vez vea un pelín más lejos el final del confinamiento, llegará el día en el que esto terminará. Soy tan ilusa que prefiero pensar en lo que estamos aprendiendo de esta situación. Me gustaría creer que aprenderemos la lección, tomaremos nota de nuestros fallos y no caeremos en ellos nuevamente. Ya, no me llaméis ilusa porque tenga una ilusión. En realidad, y afortunadamente aunque a veces parece que no las recuerde, tengo muchas. Y espero mantenerlas y ver cómo pasan de ilusión a realidad, bendita metamorfosis. Por eso en parte digo que en estos momentos me encuentro "en construcción."
Este es el dibujo con las pajarillos.
BIENVENIDOS a este blog. En él me gustaría unir varias ideas, la principal, que para que exista una buena EDUCACIÓN, uno de los ingredientes principales ha de ser la EDUCACIÓN EMOCIONAL. Y una de las herramientas de esa educación es, la que denomino la "palabra mágica", EMPATÍA. Espero que seas docente, madre, padre, alumno, o simplemente hayas entrado a "dar una vuelta", pueda resultarte útil y/o interesante su contenido. Queda mucho por APRENDER, pero claro está, con EMOCIÓN.
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Los abrazos,
ResponderEliminarson fundirse dos personas en una
son decir a una persona que compartes
son quitar problemas a otra persona
son sensibilidad.
Pero ojo a los abrazos que llevan el cuchillo en la mano
los abrazos de traición,
esos mejor en cuarentena y
nunca mejor dicho LEJOS
GRACIAS Arturo, qué ilusión que hayas comentado. DESDE LUEGO, los abrazos de traición a kilómetros, esos NO nos interesan. Los que van sin puñal...SÍ. Un abrazo (de los buenos je je)
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